Es sin duda la noticia de la semana en cuanto a ciencia, tecnología e innovación se refiere. Más de mil expertos piden frenar la inteligencia artificial por considerarlo una amenaza para la humanidad.
La declaración fue firmada por más de 1.000 personas, incluidos expertos en inteligencia artificial y ejecutivos de la industria tecnológica como Elon Musk, el cofundador de Apple, Steve Wozniak, y el director ejecutivo de la firma Stability AI, Emad Mostaque, además de investigadores de la firma DeepMind entre otros quienes solicitaron una pausa de seis meses en el entrenamiento de los poderosos sistemas de IA.
En realidad, el tema de la inteligencia artificial no es un debate nuevo: gran parte de la comunidad especializada lleva más de una década advirtiendo sobre el riesgo que supone, comparándolo con la tecnología nuclear.
Lo que sí sorprende es que sea precisamente aquellos que llevan años trabajando en ello sean los que den un paso hacia adelante pidiendo el cese temporal de esta actividad.
En este asunto siempre han existido dos bandos respecto a la IA: por una parte, están los “apocalípticos” liderados por Elon Musk, Bill Gates y Stephen Hawking que advierten sobre los peligros extremos de estos desarrollos. Y por otra parte están los “tecnoptimistas”, como Mark Zuckerberg como cara más visible que califican las declaraciones de Musk como ´´tremendista´´.
Entre otras medidas, el grupo proponen generar protocolos de seguridad para el diseño de aplicaciones avanzadas de inteligencia artificial, duramente auditados y supervisados por expertos independientes y externos a los laboratorios que desarrollan estas aplicaciones, así como la creación de autoridades que regulen y certifiquen lo concerniente a inteligencia artificial.
Por poner alguno de los peligros que suponen los avances de la IA, los ciberdelincuentes pueden utilizarlo para la generación de fake news, para los ataques de phishing, el robo de identidad, desarrollo de malware, automatización de procesos ofensivos o para crear chats maliciosos engañando a las personas que finalmente son estafadas.
En conclusión, los expertos en inteligencia artificial están cada vez más preocupados por el potencial de las herramientas de IA para dar respuestas sesgadas, la capacidad de difundir información errónea y el impacto en la privacidad del consumidor.
